![]() |
Kendosan
Producciones presenta en el Teatro del Barrio de Madrid -del 12 al 19 de enero-
(En la gráfica, Javier
Ruiz de Alegría pinta un autorretrato en directo durante la representación)
La pieza
retrata a un artista que se enfrenta a un texto y a un lienzo, sin miedos (o
enfrentándose a ellos), a pecho descubierto, delante del espectador. Cada noche
dará vida a una obra, un autorretrato que nacerá de sus dudas y, sobe todo, de
sus ausencias. «En ocasiones, no muchas, los textos parecen desarrollarse al
margen de la mano del autor -explica Alberto Iglesias-. Partía de una idea:
escribir sobre un artista que pinta un autorretrato. Y sabía que para poner en
escena este texto necesitaba un actor que, además de poseer una curtida
experiencia sobre las tablas, tuviera la habilidad del pintor, porque esta
pieza tenía que ser una combinación de teatro y pintura. Quería investigar
sobre el proceso creativo del artista, ahondar en sus miedos, sus dudas, sus
deseos, sus obsesiones. Quería escucharlo y quería verlo trabajar».
Surge de
pronto la historia de un hombre –podría haber sido una mujer- que arrastra
consigo una ausencia poderosa, una pérdida que le ha dejado una herencia llena
de incógnitas. Este artista vive, desarrolla su arte, siendo una incógnita para
sí mismo. Se busca a través de los trazos, de los colores, de las formas que
imprime en el lienzo y, mientras indaga, a medida que el lienzo toma forma,
comparte con nosotros, espectadores, sus ideas sobre el arte y los
descubrimientos sobre su propia vida, haciendo que nos preguntemos si arte y
vida no son, en ocasiones, células del mismo embrión creativo.
‘Para poner
en escena este texto necesitaba un actor que, además de poseer una curtida
experiencia sobre las tablas –un monólogo es siempre un reto-, tuviera la
habilidad del pintor. ‘El hombre y el lienzo’ es teatro y es pintura. No quería
un actor que hiciera como que pintara, sino un actor que realmente fuera un
artista plástico. Cada representación dará origen a una nueva obra pictórica, a
un nuevo autorretrato, diferente cada vez. Tengo la gran suerte de contar con
esa persona, con ese artista bicéfalo que domina ambas disciplinas. Pese a esa
ventaja inicial soy consciente de que la dificultad de la puesta en escena es
maridar la acción base de la obra –un hombre que pinta- con el texto –un hombre
que habla-. Encontrar la armonía entre ambas acciones –partamos de la base de
que la palabra es acción- es el objetivo y el objeto de este futuro
espectáculo. Tengo la gran suerte de contar con esa persona, con ese artista
bicéfalo que domina ambas disciplinas. Pese a esa ventaja inicial soy consciente
de que la dificultad de la puesta en escena es maridar la acción base de la
obra –un hombre que pinta- con el texto –un hombre que habla-. Encontrar la
armonía entre ambas acciones –partamos de la base de que la palabra es acción-
es el objetivo y el objeto de este espectáculo.»
El lienzo
final, ese que ha cobrado forma ante los ojos del público ( y algunos lienzos
que cobraron vida en otros días de función) podrá ser adquirido por cualquier
espectador que quiera llevar hasta otro «rincón» de su vida el particular
espectáculo que acaba de disfrutar.
Fuente: Tomado
de el periódico de las artes escénicas -ArtezBlai-
Ajuste de
contenido y diagramación: bersoahoy.co